miércoles, 21 de noviembre de 2007

DESPEDIDA DEL GRUPO SCOUT 270 EN LA ERMITA DE LA VIRGEN DE LA FUENTE SANTA Y PARRILLAS (TOLEDO), EL SÁBADO 10 Y DOMINGO 11 DE NOVIEMBRE DE 2007


La ermita de Parrillas fue descubierta como lugar de campamento el 23 de febrero de 1986, hace más de 21 años. Con añoranza leí en mi cuaderno de caza esa primera visita y pensé que sería curioso transcribirla aquí:

Salida para buscar un lugar de campamento de Semana Santa a la provincia de Toledo, el 23 de febrero de 1986.
Quedamos a las 7 A.M. en la calle Los Urquiza, Lorenzo padre, Mari Carmen, Lorenzo hijo, junto a Valentín, Fernando, Pili y su hijo Sergio, y yo [Felipe], para buscar en la provincia de Toledo, cerca del embalse de Navalcán o Talavera de la Reina un lugar para el campamento de Semana Santa para todo el grupo. Realmente no había un lugar fijo para buscar, pero más o menos teníamos una idea de dónde queríamos ir, a tenor de lo acontecido en el campamento pasado [con la tropa scout hicimos una marcha de Talavera a Navamorcuende] y el maratón ornitológico que hice por mi cuenta [con mis hermanos Francisco Javier Gómez Sanz (Javi), Ramón Rivera Arroyo (Moncho), José María Escudero García (Chema) y Fernando de Torres Merchán, en marzo de 1985]. Paramos en Santa Olalla a tomar café y de allí fuimos directos pasando por Talavera de la Reina hasta un pueblo llamado Parrillas. Este último tramo era alucinante, pues las lluvias recientes habían dejado un manto verde sobre los alcornocales (Quercus suber) y encinares (Quercus ilex) que, a modo de dehesa, se dispersan por la zona junto con olivos (Olea europaea), en calidad más bien de acebuches. Llegados a Parrillas preguntamos por el alcalde [Modesto] en la gasolinera, fuimos a su casa y nos recibió su mujer, la acompañamos hasta donde estaba su marido y éste se ofreció a llevarnos a la ermita. Nos enseñó la zona y la describió históricamente. Era una dehesa con olivos y encinas, había un manantial, estaba lejos de la carretera y cerca del pueblo. Además, el alcalde nos ofreció un local por si llovía mucho para que los lobatos se resguardasen. ¿Qué más podíamos pedir? Era perfecto. Agradecimos al alcalde las atenciones que había tenido con nosotros. En Parrillas vimos además cigüeña blanca (Ciconia ciconia), avión común (Delichon urbica) y gorrión común (Passer domesticus). Fuimos hacia Navalcán, compramos pan y de ahí al pantano donde comimos con fruición. Lorenzo y Fernando sacaron los aparejos de pesca y mientras Valentín jugaba con Lorenzo hijo y Sergio, yo me fui a ver bichos: grajillas (Corvus monedula), mirlos (Turdus merula) y pinzones comunes (Fringilla coelebs) en una dehesa preciosa. Había un pequeño riachuelo donde cogí un musgo con esporofito para el herbario, y se veía en el fondo hepáticas de la especie Lunularia cruciata. Luego subí por unas piedras y vi la muda de una serpiente. Era bastante grande y se observaban las dos líneas longitudinales paralelas que evidenciaban que era una culebra de escalera (Elaphe scalaris). La piel estaba seca y pensé por un momento lo grande que podía ser su poseedora. Seguidamente subí otro poco por aquellas piedras y allí estaba, quieta y medio enroscada; me acerqué por detrás y calculé que debía tener 1,20 m de largo. Era un animal precioso. Por fin decidí que advirtiese mi presencia, se revolvió e intentó huir. Yo la toqué con la punta de la bota sujetándola en su huída. De pronto bufó e intentó zafarse hasta conseguirlo, quiso meterse en una piedra y no cabía. Finalmente se descolgó y fue a parar a un agujero. No la molesté más. Fue una experiencia muy buena. Di luego unas cuantas vueltas por el lugar observando un paisaje maravilloso. [Sigue con un listado de especies de fauna y flora con sus nombres comunes y científicos]. Este día ha sido muy completo pues he visto especies nuevas de aves, he estado en un alcornocal, la experiencia con la culebra de escalera ojalá se repita muchos años, la música era alucinante, había mucha agua, todo estaba verde y precioso, hemos encontrado un sitio perfecto para el campamento de Semana Santa, ha hecho calor y por la noche había luna llena. ¿Qué más se puede pedir? [Y firmo con el dibujo de un cerdo diciendo ¡oink!, “marca de la casa”].

Y desde entonces hemos acudido allí a diversos campamentos, celebraciones, visitas o acampadas, por ser un lugar especial y agradable. Incluso fue uno de los últimos lugares que visitó mi abuela, ahora desaparecida. Y me di cuenta con sorpresa y satisfacción que, con ésta, he estado en la ermita 23 veces.
Ahora pasan por mi mente las imágenes de los álbumes de fotos y de los carteles de campamento expuestos para que los viera la gente, como despidiéndose de nosotros. El primero lo hicimos para el campamento de Cazorla en 1978 y tenía el entonces extraño nombre de Ailuropoda, género de los pandas mayores, símbolo de Adena, la sección española de World Wildlife Foundation (WWF). Allí también estaba el de Arlanza 80, con un recuerdo y homenaje al fallecido Juan Andrés, mi guía de patrulla. Me alegré que se lo llevaran sus padres Andrés y Paquita, que a tantos campamentos vinieron y estuvieron tan vinculados al grupo. Y desde entonces me enorgullezco porque Fran a veces me siga llamando su “hermanito mayor”. Poco hay que contar de la salida y mucho de la historia del grupo, ahora que Javi ha preparado un blog para que añadamos pensamientos, crónicas y fotos. Al final me quedo con las imágenes, las sonrisas y la sincera amistad de los que después de tantos años —hayan sido compañeros scouters, de tropa, patrulla o yo fuera su monitor— estaban allí o no pudieron ir, pero en la memoria quedan, y es necesario escribir sobre ello para que no se pierda la historia ni el recuerdo que se deforma y tergiversa con el tiempo. A todos ellos doy las gracias. Mis hermanos scouts.


Felipe Castilla (Coyote Reservado)

viernes, 16 de noviembre de 2007

Sus representantes sobre la Tierra, en cambio, duran lo que duran


Empecé el blog porque el grupo se acabó, en general, y lo empecé concretamente la semana pasada porque el 10 de noviembre íbamos a dejar claro que el grupo se acabó.

Qué día más raro. Algunos empezamos a hablar del "entierro", y la verdad es que se parecía bastante: una gran reunión, amigos y, por lo tanto, hermanos a los que no veíamos hacía años; hermanos, no necesariamente amigos -dicho sin mala intención, porque hay muchos matices entre el olvido total y el desamor, y el día era propicio para sacar lo mejor de nosotros- a los que ya no veíamos o no mirábamos. Toda una fiesta, salvo por el motivo que nos llevaba allí.

Últimamente, en los barcos, me mareo. No sé si la novedad es porque antes no montaba en barco y ahora sí o porque, según dicen por ahí, hay una relación directa entre emotividad y arrebujamiento de estruéganos (sé expresarme con más propiedad pero eh, esto es el blog del 270). En los entierros mantengo el tipo, pero el otro día me costó sujetar la lagrimita hasta que la solté y ya no me costó más.

Lo que me pregunto es por qué. Si hace diez años que no pisaba un campamento, ni para hacer puentes... A efectos prácticos, el grupo tenía ya tanto efecto en mi vida como...

Pues estoy pensando qué cosas me importaban mucho de pequeño en el día a día y ya no, y no se me ocurre ninguna. A ver si va a ser un síntoma de algo.

Bueno, luego está el detalle de tantos hermanos scouts con su pañoleta al pescuezo. Con cualquiera se podía tener aún una conversación de las acaloradas sobre escultismo, el grupo o el sentido de la vida, que como todo el mundo sabe emana del escultismo y del grupo. También es verdad que, simultáneamente, con cualquiera podía encontrarse tema de conversación sólo con hurgar un poco en la irrealidad del ideario scout y su inadecuación a la vida diaria, sobre lo sospechoso que resulta un movimiento donde los niños se visten de uniforme, llevan estandartes, tienen un saludo especial que dedican alegremente a banderas y, en determinados momentos, se mueven a la vez y más o menos ordenadamente a toque de silbato. Con otros hermanos no hace falta hablar: en tiempos más lejanos o más cercanos hemos convivido lo suficientemente cerca como para demostrarnos nuestro sentido de la amistad, de la lealtad, del deber, de la cortesía, del buen ánimo, de la generosidad, de la abnegación, y ni te cuento de la pureza. Fuera cual fuera ese sentido, entendedme bien.

En fin, ¿qué hacíamos allí tan felices, tan tristes y tan disfrazados? Muchos hicimos una promesa y no una vez, sino tres o cuatro. Ya, la cantidad aquí no iba unida a la calidad. Alguna vez la hicimos ya talluditos. A ver si es que alguien se acuerda aún de algo.

Si no consigo deshacerme de compromisos o lealtades que guardo desde el día del Drácula, voy a tener que confesar que a mí todo esto me importa. Se ve que el día que tocó madurar y elegir valores razonables me quedé en la cama, así que no cuento más que con sospechosas leyes y principios que todos conocéis. Y aparte de propenso a los mareos se me supone la mar de listo, y aún así creo (ahí va, si creo en algo...) que el escultimo (¿no gusta el concepto o la palabra?) sirve para andar por ahí incluso fuera del Barranco Bañadero, Muriel o Parrillas. Garantiza collejas, pero tampoco hay nada que las evite al cien por cien, y el mundo en que has vivido con amor queda... pues mucho mejor. No quiero decir con ello que la tónica general (o, en particular, la mía) no sea la de comportarse como tarugos creciditos (en todos los sentidos). Más bien, que mis compromisos vitales permanecen y continúan siendo exigibles.



Y si esperábais leer otra batallita, pues haberla escrito. Si esto se anima, os registráis y contamos la de los desayunos de mermelada de ciruela en Cazorla al amanecer antes de ir a ver las cabras (que nunca vimos), la de las paperas de Arlanza, las grandes puntatas, las grandes cascadas (o mejor no), la marcha de los 80 Km (en un día), la noche de la espumadera paranormal, "Si no lavas te zurro" en el campamento cristiano, noches de miedo en Puentedey con manos que salen de debajo del puente, etc., este blog servirá para lo que quería que sirviera. Si no, desvariaré y desvariaré hasta derribar vuestra paciencia (la de los dos que lo han leído).

Oryx.- (un día contaré lo de la Tribu)

miércoles, 7 de noviembre de 2007

El escultismo se crea y se transforma

Yo creo que vi el mensaje de Nuria al día siguiente por la mañana: "[erTxiTxi] scout 270". Ya me queda poca de mi supuesta precisión, pero aunque no lo viera el 21 de mayo, me gusta pensar que fue así.

Treinta años antes, el 21 de mayo de 1977, era sábado. Esa semana mi padre me preguntó si me apetecía ir con Christian, el hijo de su jefe, a una reunión de Boy Scouts. Poco antes, había salido una manada de lobatos en el Un dos tres, así que estaba puesto en el tema. Me pareció buena idea.

Total, que aquel sábado nos llevaron a Christian y a mí a Carolina Coronado 22, donde en aquel momento había aún una calle sin asfaltar, una especie de escalones de ladrillo muy desgastados y probablemente una iglesia en activo, aunque no estoy seguro del todo. Por alguna razón aquella tarde no podíamos hacer la reunión allí y nos fuimos a un local que nos dejaban en un colegio, o algo parecido, en un punto que seguramente cae ahora en mitad del asfalto de la calle Ascao. Allí tampoco conseguimos entrar, así que la reunión de manada transcurrió en la acera alrededor de un poste de la electricidad. Estaba Akela (José Ángel), Baloo (Jesús) y Bagheera (Rosana). Nos enseñaron el himno del lobato ("Mowgli-rana corre y salta...") y lo intentaron con la canción aquélla de la Flor Roja ("La flor roja nos alumbrará..."), aunque nuestras dotes musicales aconsejaron posponer (definitivamente, como ahora se ha demostrado) una canción tan complicada para otro día. No me he olvidado de la letra:

Tú y yo somos hermanos
Y de un mismo cubil
Tu rastro va junto a mi rastro
Mi caza es para tí.

Luego Christian y yo nos compramos unos polos (un "Drácula" seguro, que salió aquel año, con otro polo de un futbolista y otro de un detective que no triunfaron), nos montamos en el 28, y nos volvimos a casa.

A los demás ese día no los conocía: Ramón Rivera, Fran Talavera, Pepe Rioja... Lobatejos.